Aunque sean muchas
las críticas de estos movimientos, también hay gente que habla positivamente de
él.
Desde un enfoque filosófico, es una forma de socializarnos con personas que
piensan igual que nosotros, y poder ser (por momentos) libres pensadores que se
enfrentan a la situación social del momento, como un todo, como un bloque; con el fin de
cambiar la democracia y la política que nos condiciona.
Por ello, podemos ver
el lado positivo de todo esto; es una buena forma de comunicarnos y
humanizarnos con los demás de acuerdo a un bien común (por lo que podríamos
verlo como una pedagogía alternativa, en la cual trabajamos colectiva y cooperativamente para tratar de cambiar algo a mejor).
Ya que actualmente nos vemos condenados
a ser esclavos de una sociedad que hemos producido nosotros mismos. Sociedad
enferma y llena de injusticia, donde la falta de libertad abunda por todos
lados. Nadie es libre de hacer lo que quiera (acuerdo a los derechos humanos,
sin causar daños a los de los demás), sino que andamos engañados por el
sistema, sin saber hacia dónde dirigirnos ni a quién.
Se supone que somos
ciudadanos, y tenemos el derecho de participar y colaborar con el sistema; pero
tal y como están las cosas, nos vemos oprimidos a no opinar. Por ello, deberíamos de
luchar por ser libres, aunque nunca llegaremos a serlo completamente en una
sociedad en la que abundan los estereotipos, el consumismo y donde hay que
pensar como quieren que pensemos y no como nosotros queremos pensar. Así como actuar de la forma que a ellos les conviene.
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