sábado, 7 de enero de 2012

Movimiento 15 M.. en busca de un bien común.



 Los movimientos del 15M han formado parte de todos los medios de comunicación, y aún siguen siendo temas de interés los principios que defienden las personas vinculadas a dicho movimiento. Entre sus principios destacan la falta de democracia real en la sociedad en la que vivimos, la indignación por el panorama político, económico y social existente en España, marcado por la corrupción de los políticos, banqueros y grandes empresarios, así como el estado en el que se encuentra la educación (poca oferta y mucha demanda, privatización de ésta, falta de recursos, plan Bolonia...) Ya que a fin de cuentas, nosotros somos los afectados. De ahí que múltiples institutos y organizaciones se hayan vinculado al 15M con la finalidad de luchar por sus derechos, tanto profesores y alumnado se han unido para reivindicarse y pedir justicia. Las prioridades de toda sociedad avanzada han de ser la igualdad, el progreso, la solidaridad, el libre acceso a la educación, la sostenibilidad ecológica y el desarrollo, el bienestar y la felicidad de las personas.

Aunque sean muchas las críticas de estos movimientos, también hay gente que habla positivamente de él. 

Desde un enfoque filosófico, es una forma de socializarnos con personas que piensan igual que nosotros, y poder ser (por momentos) libres pensadores que se enfrentan a la situación social del momento, como un todo, como un bloque; con el fin de cambiar la democracia y la política que nos condiciona. 

Por ello, podemos ver el lado positivo de todo esto; es una buena forma de comunicarnos y humanizarnos con los demás de acuerdo a un bien común (por lo que podríamos verlo como una pedagogía alternativa, en la cual trabajamos colectiva y cooperativamente para tratar de cambiar algo a mejor). 

Ya que actualmente nos vemos condenados a ser esclavos de una sociedad que hemos producido nosotros mismos. Sociedad enferma y llena de injusticia, donde la falta de libertad abunda por todos lados. Nadie es libre de hacer lo que quiera (acuerdo a los derechos humanos, sin causar daños a los de los demás), sino que andamos engañados por el sistema, sin saber hacia dónde dirigirnos ni a quién.

Se supone que somos ciudadanos, y tenemos el derecho de participar y colaborar con el sistema; pero tal y como están las cosas, nos vemos oprimidos a no opinar. Por ello, deberíamos de luchar por ser libres, aunque nunca llegaremos a serlo completamente en una sociedad en la que abundan los estereotipos, el consumismo y donde hay que pensar como quieren que pensemos y no como nosotros queremos pensar. Así como actuar de la forma que a ellos les conviene.

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