lunes, 16 de enero de 2012

Escuela inclusiva.


Podemos definir "escuela inclusiva" como aquella en la que todos los alumnos se benefician de una enseñanza adaptada a sus necesidades y no sólo los que presentan necesidades educativas especiales. Se trata de una escuela que no pone requisitos de entrada ni mecanismos de selección o discriminación de ningún tipo, para hacer realmente efectivos los derechos a la educación, a la igualdad de oportunidades, atención a la diversidad y a la participación.
La ley apoya el desarrollo de esta escuela inclusiva, pero ¿existe realmente?
La escuela tiene que atender cada vez más a alumnos muy diversos: diferentes procedencias, diferentes capacidades, diferentes clases sociales... y los docentes debemos ser capaces de dar respuesta a las necesidades de todos estos alumnos, pero ¿estamos preparados para ello?
Para muchos maestros, la atención a determinados alumnos supone ralentizar o entorpecer su labor. Por tanto, no existe una escuela inclusiva, sino una escuela integradora, que es la que se consigue cuando todos los alumnos reciben educación en el mismo lugar, aunque algunos queden excluidos.
¿Qué se puede hacer para lograr una verdadera escuela inclusiva? Diversos estudios han demostrado que la inclusión no depende de los recursos materiales con los que cuenta el centro, ni tampoco con la formación del profesorado, dos factores que, no obstante, son fundamentales.
El factor más importante es el desarrollo de actitudes favorables hacia la diversidad. Para concluir, presentamos una serie de prácticas educativas que llevadas a cabo por los maestro, favorecerían el desarrollo de la escuela inclusiva:
  • Reconocer el esfuerzo que ha de realizar un alumno con necesidades educativas especiales, respetar los diferentes ritmos de aprendizaje y buscar recursos alternativos.
  • Tener un mayor compromiso con otros docentes para resolver problemas de forma conjunta.
  • Revisar los recursos del aula y del centro para que respondan a una realidad cambiante.
  • Involucrar a las familias en el apoyo al alumnado.
  • Establecer de forma conjunta con los estudiantes las normas que rigen la dinámica de la clase, y enseñar a los estudiantes a valorar la diversidad.
    Si se tuviese en cuenta todo esto, sería posible, pero tal vez, aún no esté preparado el sistema.

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