Hay
que crear nuevos modelos de desarrollo sustentable para que las
pequeñas acciones que toma cada persona repercutan globalmente en el
medio ambiente de una manera positiva.
Para ello, es necesario que
desde pequeños nos inculquen la relevancia del sistema ambiental; su
cuidado y protección, ya que forma parte de nosotros.
La
Educación Ambiental (EA), como algo formal, apareció en 1972 con la
Declaración de Estocolmo. En Latinoamérica esta cultura
medioambientalista surgió hasta la década de los ochentas, es por
ello que es muy importante ponernos al día, informándonos de todos
los daños que sufre nuestro planeta y cómo podemos frenarlos para
revertir el cambio climático y otros fenómenos que están acabando
con nuestros ecosistemas.
Actualmente
se pretende enseñar desde la naturaleza, utilizándola como recurso
educativo; hay que educar para mejorar y apreciar el medio ambiente,
hay que presentar y aprender conductas correctas hacia el entorno, no
solo conocerlo. Se trata de la concepción de la naturaleza no como
fuente inagotable de recursos a nuestro servicio, sino como un
ecosistema frágil que tiene sus propias exigencias que hay que
respetar por nuestro propio bien, interés y supervivencia.
¡Por
una conciencia verde!
No hay comentarios:
Publicar un comentario