domingo, 18 de diciembre de 2011

¿Legal o Ilegal? ¿Dónde está el límite?



Partiendo de la noticia que hemos leído en el diario electrónico información.es, en el cual, se informa sobre las últimas novedades en la provincia de Alicante; nos encontramos con que en la localidad de Vega Baja se ha clausurado un centro de origen sueco por su ilegalidad. Esto nos plantea ciertos interrogantes sobre este tema, ya que no es el primer centro “ilegal” que se cierra en España. 


Las cuestiones a debatir son: ¿Qué determina que es legal o ilegal? ¿Cuándo se cruza esta frontera? ¿Ilegal en condiciones significa ilegal en currículo? ¿Por qué se acosa a estas instituciones sin conocer su funcionamiento interno? ¿Qué determina que es lo legal y lo ilegal? Cuando hablamos de legal e ilegal debemos tener claro que ambos términos vienen precedidos por unas leyes. Que de algún modo son las que lo determinan pero, ¿porque algo es ilegal por motivos tales como que sus puertas están siempre abiertas o que no tienen pistas deportivas o instalaciones adecuadas? Sencillamente no se puede ceñir a eso ya que un centro no es solo 300 metros cuadrados, en los cuales se presente las mejores instalaciones, infraestructuras o materiales; sino que va mucho más allá. En este caso no se tiene en cuenta su profesorado ni el currículo que se implanta e imparte; cosa verdaderamente importante, ya que de ahí parte el proceso de enseñanza-aprendizaje. Y a veces nos cegamos con lo superficial, dejando de lado la finalidad de la educación. Por ejemplo, ¿un colegio en el cual un profesor de química no se preocupe por el rendimiento de sus alumnos pero cuente con un gran laboratorio homologado es más legal que un profesor de este centro o cualquiera que haya sido cerrado? Cuando hablamos de legal, nos regimos a unas leyes estrictas, pero dejamos de lado la moralidad, los valores, el principal objetivo de la enseñanza, etc. ¿O creemos que por estar dentro de la “legalidad” ya va a ser el apropiado? Podemos entender que al no tener licencia este “centro” se embolsaba los 3,100 € anuales para su propio beneficio que cada alumno pagaba por asistir a dicha institución; pero esto no es lo que el artículo nos muestra. Entonces, ¿dónde se sitúa la frontera entre lo legal y lo ilegal? ¿Lo estipula la ley o está implícito en la moral y la justicia, aquello que históricamente se ha llamado “derecho natural”? Aquí se plantea el mítico y longevo debate entre dos corrientes de pensamiento. El Naturalismo Vs Positivismo. Por una parte, para el naturalismo el derecho válido es aquel que defiende un ideal de justicia y lo vincula a la moral. Los grandes pensadores naturalistas creían en una serie de derechos naturales. Por otra parte, para los positivistas el derecho válido es aquel que está regido por la ley y presenta una posición sancionadora a través de la coacción. En esta pregunta se nos plantea también una duda histórica: ¿Lo ilegal es bueno y lo ilegal es malo? ¿O no siempre es así? 
Tal vez esta temática se haya convertido en un estereotipo que hemos inventado la propia sociedad. Es decir cada uno de los pensamientos que hemos mencionado anteriormente, nos dice una cosa pero este debate es bastante amplio. Está claro que una escuela de este tipo pasa la frontera de lo legal; es decir, es ilegal porque evade los pagos al estado, no declara gastos ni beneficios, ni es conocida como institución educativa, pero otra cosa muy diferente es que lo que se enseñe, es decir, el currículum que se transmite sea malo o no adecuado simplemente por clasificarla como “ilegal”. ¿Ilegal en condiciones significa ilegal en currículo? Esto es relativo, ya que el centro en sí es “ilegal” ya que no tiene licencia, y de algún modo todo pasa a ser ilegal. Pero antes de nada, se deberían de examinar y evaluar los contenidos y conocimientos que se transmiten; así podríamos dar respuesta a este interrogante. Pero ni se ha examinado el currículo, ni se ha comprobado que clase de contenidos, conocimientos, métodos de enseñanza, etc., se lleva a cabo en el proceso educativo. Esto plantea un problema ya que el desconocimiento es el más grande de los factores en torno a estas escuelas, porque al ser ilegales se supone que sus métodos también lo son, aunque se imparta los mismos criterios (exactamente los mismos) que en una escuela “legal”. Y volvemos a la pregunta de cuándo se cruza esa frontera, se reitera el concepto de que ¿lo legal es bueno y lo ilegal es malo? ¿Por qué se acosa a estas instituciones sin conocer su funcionamiento interno? ¿Se les puede llamar instituciones? 


Partiendo de las situaciones anteriores está claro que al defraudar los ingresos que la escuela genera y por no cumplir las normativas en cuanto a mobiliario decimos ya que esas “escuelas” no son válidas, pero… ¿Qué sabemos de ellas? Nadie se preocupa en inspeccionarlas, analizaras o estudiarlas; (está claro que al ser “ilegales” no va a acudir una inspección) pero ¿se ha comprobado el rendimiento de los alumnos de estos centros? Tal vez, se trate de una pedagogía alternativa que de forma diferente atienda a las necesidades y satisfacciones del alumnado; y los prepare para la vida en sociedad; ya no solo académicamente sino moralmente. Son muchas de las grandes preguntas que se nos plantean en torno a este debate pero lo que de verdad está claro que por determinarlas ilegales según la normativa, estas escuelas siempre serán perseguidas aunque sean buenas de verdad. Aunque no queramos, las leyes siempre irán más allá de lo moral. Y si se ha establecido que lo “ilegal” se considera malo, todo el mundo tendrá ese concepto; sin tener opción alguna a pensar lo contrario.

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